del amor y cosas que se le parecen

Hace algunos días un gran amigo me dio su concepto del amor -es mirarse a los ojos y comprenderse, entrar el uno en el otro sin decir nada. Entenderse de la manera más amplia al convertirse el uno en el otro por un instante- dijo.

Por eso el amor verdadero no puede ser unilateral. Es requisito de su esencia el que dos personas se conecten, se perciban.

Y me sigo preguntando por qué alguna gente se "enamora" (falsamente, de acuerdo al concepto) de personas que no conocen ni los conocen a ellos. Algo físico. Algo ignorante y pobre. Un "amor" desprovisto de aquello que es su requisito fundamental. El conocerse, comprenderse, saber cuales son sus circunstancias, entender de qué están hechos.

Lo mejor (y lo peor) es que el amor (de verdad) es irreversible.

ERRABUNDEO: Aunque todo amor sea vivido como único y aunque el sujeto rechace la idea de repetirlo más tarde en otra parte, sorprende a veces en él una suerte de difusión del deseo amoroso.
Comprende entonces que está condenado a errar hasta la muerte de amor en amor
[Roland Barthes]

1 comentarios:

Unknown dijo...

Es difícil llegar a experimentar lo que dices en tu relato, ya que esa clase de experiencia muchas veces la experimentamos en contadas ocasiones o tan sólo en nuestros sueños... Yo opino que lo mágico de amar esta precisamente en soñar, que lo que estas viviendo con aquella persona tan especial es único e irrepetible.

En sí, el amor es un vínculo que cuesta tan poco escribir como palabra, pero que sin embargo, tratar de describirlo es demasiado confuso. Desde mi realidad, te puedo decir, que el amor es a cada instante, en cada detalle, por ñoño que este sea, ya que todo cuenta. Es más allá de sentirte especial, es sentir que eres única, importante y que logras abarcar lo más profundo de los sentimientos de tu pareja, que la comunión que se logra entre ambos no tiene límites y que todo se hace más agradable, por que sabes en el fondo de tu ser que cuentas con una bella persona a tu lado, que estará contigo en todo momento, sin importar si éste sea bueno o malo.