asi eres, Takumi...
Ayer te busqué... decidí ir a verte en compensación por los largos viajes que hiciste para venir hacia mi... te llamé una vez cerca de tu casa o del supermercado donde se supone, estarías. "estoy en Viña" me dijiste... y de fondo sonaba la voz de una mujer molestándote... te habías reunido con ella. Todo el tiempo que te esperé porque tu necesitabas "tiempo", todos esos días esperando que resolvieras tus asuntos para que estuvieras más tranquilo y pudieramos hablar de cosas triviales caminando por ahí. Un par de besos, largas horas chateando y tus confesiones de hombre estresado... eso es todo lo que tenía y lo único que necesitaba para querer esperarte...
Pero ayer con mucha tristeza vi que no querías conocerme y buscabas de mi lo mismo que tantos otros... sabes, por alguna extraña razón antes de salir de mi casa eché a mi cartera La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera... y cuando me senté por ahí a leer para tragarme la pena, pude ver que fue tal vez el primero que empleó el concepto de "Amistad Erótica" o "amigos con ventaja"... lee esta pequeña cita. Me ayudó a entenderte, a lo mejor a ti también te sirve...
"[...]De ese modo consigió librarse en poco tiempo de su mujer, su hijo, su madre y su padre. Lo único que le quedó de todos ellos fue el miedo a las mujeres. Las deseaba, pero les tenía miedo. Entre el miedo y el deseo no tenía más remedio que buscar una especie de compromiso; o lo que denominaba "amistad erótica". A sus amantes les decía: "sólo una relación no sentimental, en la que uno no reivindique la vida y la libertad del otro, puede hacer felices a los dos".
Quería tener la seguridad de que la amistad erótica nunca llegaría a convertirse en la agresividad del amor, y por eso mantenía largas pausas entre los encuentros con cada una de sus amantes. Estaba convencido de que éste era un método perfecto y lo propagaba entre sus amigos: "Hay que mantener la regla del número tres. Es posible ver a una mujer varias veces seguidas, pero en tal caso no más de tres veces. También es posible mantener una relación durante años, pero con la condición de que entre cada encuentro pasen al menos tres semanas"
Este sistema le daba a Tomás la posibilidad de no separarse de sus amantes permanentes, teniendo al mismo tiempo una considerable cantidad de amantes pasajeras. No siempre encontraba comprensión. La que mejor le entendía de todas sus amigas era Sabina. Era una pintora. Le decía: "Te quiero porque eres el polo opuesto al kitsch. En el reino del kitsch serías un monstruo. No hay ninguna película rusa o americana en la que pudieras existir más que como ejemplo de maldad".
A ella acudió cuando necesitó encontrar un empleo en Praga para Teresa. Tal como lo exigían las reglas tácitas de la amistad erótica, Sabina le prometió que haría lo posible y, en efecto, pronto encontró un puesto en el laboratorio fotográfico de un semanario. El puesto no requería preparación especial, sin embargo elevó a Teresa del status de camarera al del gremio de la prensa. Ella misma acompañó a Teresa a la redacción, mientras Tomás decía para sus adentros que jamás había tenido una amiga mejor que Sabina
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4 comentarios:
Felipe S dijo:
"algunas veces es bueno releer a kundera, las aventuras de teresa, tomás, franz y sabina siempre te pueden dejar alguna emoción en este mundo que muchas veces parece tan reiterativo y superfluo. No sé personalmente me enamoré de esa sabina pérdida, debil y soberbia, llena de traumas y temores, esa que mostraba un cascarón frente al mundo, franz (mi personaje favorito del libro por lejos) estaba enamoradisimo de ese ideal, de esa figura frente al espejo. Como consejo, creo que no es bueno rechazar de plano ser ella aunque sea por un momento, el punto es intentar de no perder esa esperanza y ternura que veo en la forma en que miras el mundo. Puede ser dolorosa a veces, pero siento que encontrarás algún día tu ideal, tu propia historia llena de alegrías y (siempre) un poco de penas, manteniéndose siempre las ganas de construir tu hostoria como tú la quieres. Me salió largo el posteo, ¿que pasó con los comentarios en la pag.? saludos Felipe."
Ahora si puse los comentarios.
En respuesta a lo que dices, creo que para ser Sabina hay que tener mucho talento (también la admiro muchísimo y Teresa me caía mal en los primeros capítulos pero ahora también le encuentro un enorme valor)
Y no quiero ser ella. He buscado el camino de la libertad y solo yo he resultado traicionada constantemente. Puedo vivir los cambios pero no me atraen como a ella. Los soporto y me adapto, pero no me llaman como una droga al adicto.
:)
Comparto en gran medida lo que han comentado; pero quiero diferir en cuanto a lo de que "A la época de este libro, ser un Tomás era excepcional, ahora es la regla general". Un Tomás existe siempre en cada uno de nosotros y no es tan fácil serlo, a fin de cuentas Tomás también llora y es víctima de su debilidad lo que es peor, pues no hay peor juez que uno mismo. Se puede silenciar la voz interior con el ruido de allá afuera, pero siempre llegará la hora de acostarnos y pensar en el día de hoy......¿Reprochable? ¿Cuántas vidas ya has jugado en este videojuego? Es la vida sin el eterno retorno......
Pero me imagino que hay que seguir intentando hacer las cosas bien, siempre digo: "Si el amor no existe ¡Pues inventémoslo!".
Un saludo y me encantó este blog.
PD: Es curioso notar que saliste a la calle con 'La Insoportable Levedad del Ser' como Teresa salió con 'Ana Karenina' bajo el brazo.
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