Los días en que tengo demasiadas cosas que hacer, trámites, clases, estudios, compromisos... en general son días que no puedo verte. Y tu no estás en esos días, pero está bien porque aunque estuvieras, yo no estaría.

También están esos días en que no tengo tantas cosas que hacer, o tengo que hacer cosas pero no son demasiado importantes y podría verte, además me gustaría recordar cómo es tu cara, caminar un rato, conversar de la vida y discutir por discutir. Y en esos días tampoco estás.

Finalmente están esos días en que realmente necesito un abrazo. Días en que estoy tan cansada de todo, en que las responsabilidades me agobian, en que me hace mucha falta poder quedarme aunque sea un ratito descanzando en tus brazos porque estoy exhausta. Esos días tampoco estás tu.

¿Ahora ves qué tienen en común mis días?