La parôle

La parôle

Las palabras que son simples pero importan una gran carga emotiva se diluyen al ser repetidas incesantemente. Como decía Berlin, pensamos con palabras, pero yo agregaría que sentimos con el alma, y las palabras no son más que un camino hacia ella.
¿Por qué repetimos en palabras un millón de veces "te amo"? la primera vez que escuchamos esas palabras nos llenamos de un asombro y felicidad incomparables, la segunda vez nos sentimos realmente plenos, la tercera, nos sentimos satisfechos... pero la millonésima vez, qué sentimos?
Tal vez el verdadero amor no se dice, se hace. A lo mejor jamás pueda decir las palabras "te amo" a una persona, sin embargo voy a apoyarle en todo lo que emprenda, estaré ahí si necesita llorar, abandonaré mis actividades para encontrarle si se siente solo, lo ayudaré a llevar adelante sus proyectos, no lo dejaré rendirse ante la adversidad y voy a incentivarlo a ser cada día mejor persona.
En cambio otra mujer podría decirle "te amo" todos los días pero esas palabras se diluirán, y en qué forma real lo amará? con su cuerpo? ese también se desgasta. Palabras y cuerpo son efímeros. Al cabo de muchos años la pasión (que se confunde con el amor) se discipará como la niebla y sólo quedarán sus almas desnudas una en frente de la otra. Si el amor fuera verdadero esas almas se entrelazarían para siempre, pero si no, la soledad las invadirá.
Sabemos que somos amados cuando alguien tiene la valentía de decirnoslo? o cuando alguien efectivamente nos ama con todos sus actos?
Cualquiera que sea la respuesta, muchas veces van juntas, es común asociar ambas, es difícil no equivocarse en juzgarlas. Pero cuál de ellas nos conduce a la plenitud?
Y si es difícil amar y ser amado, qué es mejor? esa ficción que es la pasión sensorial disfrazada de verdadero amor? o bien pasar una vida de soledad esperando el verdadero?

Veamos el alma de la gente.

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